y heráclito no dijo nada

Volver cada mañana al mismo lugar, a la misma hora, para intentar experimentar la sensación de eternidad que se sintió la primera vez.

esa leve propensión al drama

Estar lejos de casa y probar una baya de una planta desconocida. Llegar al hotel con un dolor enorme en las tripas, notar cómo se te endurecen la lengua y los labios. Tumbarse y mirar el techo, mirar esa lámpara que cuelga del techo. Pensar que quizá sea lo último que veas.